Hortalizas y frutas que pueden cultivarse en suelos poco profundos

Los tomates pueden desarrollarse bien en macetas, contenedores y suelos poco profundos.

Pete Starman/Stockbyte/Getty Images

El sabor y el aroma de las verduras y frutas cultivadas en casa no tienen comparación. Algunas pueden plantarse y cosecharse sin problemas en macetas, contenedores o pequeños espacios del jardín donde el suelo sea poco profundo. Doce pulgadas (30 cm) de profundidad serán suficientes para cultivar plantas pequeñas y conseguir una buena cosecha.

Tomates

Los tomates pueden cultivarse en suelos que tengan una profundidad de tan solo ocho pulgadas a un pie (20 a 30 cm). Para comenzar, planta las semillas en el interior desde mediados de marzo a abril. Una vez que el riesgo de heladas haya desaparecido de tu zona, podrás trasplantar las plántulas a un lugar al aire libre o a un contenedor. Las variedades más pesadas probablemente requerirán jaulas de alambre o estacas a medida que vayan madurando. Las más pequeñas es posible que necesiten poco o ningún entutorado. Experimenta con diferentes variedades para ver cuál se cultiva mejor en la zona donde vives y en la tierra de la que dispones. Si disfrutas con el sabor de los tomates de antaño, opta por variedades heirloom (de polinización abierta). Si la tierra y las condiciones de tu jardín favorecen que insectos, pájaros u otros animales se alimenten de tus tomates, busca variedades determinadas que crezcan de forma compacta y que puedan soportar las condiciones de los suelos poco profundos.

Zanahorias

Las zanahorias de las variedades Chantenay y Nantes pueden cultivarse sin problemas en jardines con suelos poco profundos, ya que se desarrollan bien con una profundidad de seis a ocho pulgadas (15 a 20 cm). La variedad Chantenay crecerá hasta alcanzar unas seis pulgadas (15 cm) de largo y se cultivará bien incluso en condiciones de sequía. La variedad Nantes es una zanahoria ancha y roma que se cosecha cuando tiene una longitud de seis a nueve pulgadas (15 a 23 cm). Proceden de Francia y son conocidas por su textura crujiente y su sabor dulce.

Lechugas

Las lechugas tienen un sistema radicular corto, lo que las convierte en una elección perfecta para ser cultivadas en un jardín de suelo poco profundo e, incluso, en contenedores. La clave está en plantarlas en una tierra que esté suelta y bien drenada. Un lugar que esté a pleno sol al menos durante la mitad del día proporcionará los mejores resultados. Puedes comenzar su cultivo en el interior utilizando semillas envasadas y trasplantar a principios de primavera. Se propagarán mejor si las vas exponiendo al frío poco a poco. Para ello, coloca las plántulas en el interior, cerca de una ventana; trasládalas luego a alguna zona más frías (como un garaje), antes de trasplantarlas finalmente en el jardín.

Fresas

La fresa es una de las frutas más fáciles de cultivar en macetas o en suelos poco profundos. El beneficio añadido es que las fresas pueden cultivarse como plantas perennes y pueden estar hasta tres años produciendo. De hecho, son muchos los jardineros que prefieren el fruto del segundo año de crecimiento, ya que suele tener un sabor más dulce. Planta las semillas de fresa a principios de primavera para poder recoger la cosecha a mediados de verano. Como las fresas son rastreras, también pueden plantarse en cestas colgantes o en jardineras de ventanas y cultivarse en el interior para disfrutar tanto de su color como de sus frutos frescos. Riégalas con regularidad y fertiliza con una mezcla elaborada especialmente para flores y verduras.

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