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Saca a tu cachorro a una caminata antes de dormir. Asegúrate de que sea larga y dale oportunidad de correr y jugar. Esto le ayudará a usar el baño afuera y también lo cansará por el resto de la noche. Como con tus hijos pequeños, deben usar el baño frecuentemente ya que no pueden aguantarse. También se cansan rápidamente y requieren de más sueño que los perros adultos.

Coloca una suave y cómoda cama para perros en su caja. Su caja debe ser un lugar invitante y un santuario para él. Una vieja manta también servirá, pero recuerda que los cachorros la morderán y puede que se pongan ansiosos durante noches largas en la caja.

Cubre la caja con una manta vieja. Esto es especialmente necesario si está en algún lugar donde pueda verte a ti o a alguno de los miembros de tu familia. Piensa en la frase "fuera de la vista, fuera de la mente". Si ve a alguien puede que comience a llorar otra vez para llamar la atención. Usa una manta vieja en caso de que pueda jalar una parte de ella y empezar a morderla.

Coloca la caja en un área de la casa donde no puedas escucharlo. Al igual que con los bebés, algunas veces sólo necesitas dejarlos llorar. Si continúas levantándote y respondiendo a su llanto, el cachorro tendrá éxito en llamar tu atención. También, abstente de regañarlo negativamente, sólo lograrás asustar a tu cachorro y posiblemente lo volverás agresivo.

Despierta temprano a tu cachorro para llevarlo afuera a que ocupe el baño y estire sus patitas. Una vez que se dé cuenta de que cada mañana regresas para sacarlo, estará seguro de que no lo has abandonado en la caja. Mantén una rutina estricta y tu cachorro se adaptará lentamente.