Precios y disponibilidad

El comino se consigue fácilmente en forma de polvo y en semillas enteras en muchos mercados. Deben ser almacenados de la misma manera: en recipientes herméticos por hasta seis meses para que mantengan la frescura y el sabor óptimos. Hay poca variación de precio entre la forma entera o en polvo.

Usos

El comino molido ya está en forma de un polvo que se puede utilizar en adobos para carnes o verduras para usar en muchos platos. El sabor es inmediatamente detectable sobre la comida, no importa lo rápido que se cocine. Las semillas de comino enteras funcionan mejor cuando se añaden a un caldo donde las semillas tienen la oportunidad de calentarse y los aceites dispersar su sabor en el plato. El comino se puede utilizar para adobos, por ejemplo junto a salsa Worcestershire, ajo y aceite para condimentar los alimentos durante largos períodos de tiempo antes de la cocción.

Conversiones

Si tienes una receta que requiere comino molido, pero sólo tienes comino en grano, considera hacer conversiones para tu receta. Si tienes un mortero o un procesador de alimentos potente deberías ser capaz de moler las semillas de comino por tu cuenta. Sin embargo, los resultados pueden ser un poco irregulares y esto se suma al tiempo que se necesita para preparar la comida. En vez de esto, si la receta dice 2 cucharadas de comino molido deberás usar 2 1/2 cucharadas de semillas de comino enteras para el plato.

Consideraciones

El aroma distintivo del comino es parcialmente lo que le da su sabor. Este sabor óptimo sólo puede alcanzarse si los aceites dentro de la semilla se calientan o muelen. Al usar semillas de comino enteras, tuesta las semillas con antelación para obtener el mejor sabor posible. Precalienta el horno a unos 200° F (93,3° C). Cubre una asadera con papel manteca y espolvorea una capa uniforme de semillas enteras por encima. Hornea hasta que estén ligeramente doradas, moviendo la asadera periódicamente para que se cocinen parejo.