¿Cómo recuperar el control de tus hijos?

Cuando el comportamiento de tu hijo empieza a dictar la forma en que vives tu vida, es el momento de recuperar el control.

Darrin Klimek/Digital Vision/Getty Images

Es posible que no temas a tu hijo, pero tu temor a su mal comportamiento puede llevarte a perder el control de tu propia vida. Según James Lehman, MSW, para Empowering Parents, cuando temes al comportamiento de tu hijo, esto afecta negativamente a tu capacidad para criarlo. Tu hijo te ve menos como autoridad cada vez que cedes a su comportamiento cuando hace de las suyas. Incluso si sólo lo haces para evitar causar una escena en público, eso provoca que pierdas el control de tu hijo.

Habla con tu hijo acerca de las reglas, informa Lehman. Siéntalo y dile que hay reglas en tu hogar, tales como la hora de dormir, el comportamiento respetuoso, buenos modales y la tarea, y esperas que él siga esas reglas. Informarle que en cualquier momento que decida desobedecerlas, le impondrás una consecuencia, como no permitir que juegue con sus amigos el fin de semana, no ver su programa favorito de televisión o no participar en el próximo evento escolar al que está esperando asistir.

Usa la simpatía para desarmar la ira de tu hijo y eliminar una lucha de poder. Digamos que le pides a tu hijo que cuelgue el teléfono y empiece a trabajar en su tarea, pero él dice que no quiere hacer su tarea y que quiere hablar con sus amigos por teléfono. Ayuda a tu niño a aprender que estás de su lado para evitar peleas, aconseja Marianne Neifert, MD, para la revista "Parenting". Dile que sabes que la tarea es aburrida y para nada tan divertido como hablar con sus amigos, pero que si él no hace su tarea va a obtener una mala calificación y tendrá que pasar más tiempo trabajando en las tareas escolares en el futuro para recuperar su calificación.

No tomes nada de lo que tu hijo diga de manera personal en los momentos de tensión y conflicto, aconseja Lehman. A medida que intentas recuperar el control de padre sobre él, es posible escuchar algunas cosas que estén perturbando. Tu hijo podría decirte que te odia, que eres el peor padres o que desearía no haber nacido. La mayoría de los niños dicen algo en este sentido cuando están enojados con sus padres y, aunque se siente personal, no lo es. Tu hijo realmente no te odia, odia la situación. Recuérdale eso para demostrarle que no estás afectado por su ira. Mantener la calma y seguir adelante para hacer cumplir las normas puede ayudar a recuperar el control más rápido.

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