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Lleva a tu perro al veterinario para que lo examine y confirme que no esté sufriendo de algún problema médico, como el síndrome del intestino irritable.

Limita o elimina la comida para adultos. Mantén a tu perro alejado de los productos lácteos y de la soja. Alimenta a tu mascota con comida para perros nutritiva de buena calidad. Si estás cambiando su alimentación, introduce gradualmente su nueva comida para evitar sus problemas de gases. Evita que tu perro se alimente excesivamente.

Camina o corre con tu perro de manera frecuente para mantener su peso en un rango normal. Disfruta de tiempo de juego con tu mascota, de manera que no se convierta en un animal sedentario.

Provee a tu perro de un ambiente pacífico durante su hora de comer, de manera que éste no coma demasiado rápido o lo haga inhalando aire excesivamente, dos acciones que son causas comunes de flatulencia. Si tienes otra mascota que come cerca de tu perro, lo que provoca una lucha por los alimentos como una carrera hasta el final, alimenta a los dos animales de forma separada para mantener la calma.

Prueba darle un suplemento. Puedes darle a tu perro carbón activado, que es de venta libre, pero sólo por dos días. Los suplementos probióticos son enzimas digestivas que también son conocidas por ayudar a mitigar los problemas de gas de tu perro. Habla con tu veterinario con respecto a añadir suplementos a la dieta de tu mascota.