Cilindros de oxígeno comprimido

Los cilindros de oxígeno comprimido son tanques que almacenan oxígeno en estado gaseoso. Estos depósitos cuentan con un medidor de flujo y un regulador, que se utilizan para ajustar la circulación del oxígeno. Estos cilindros vienen en varios tamaños, desde tanques fijos grandes hasta tanques pequeños que se pueden transportar con facilidad. En general, se entregan en el hogar y se deben colocar en una esquina segura de una habitación. Se necesita una llave para encenderlos o apagarlos, que se cambia cuando se acaba el contenido del tanque.

Tanques de oxígeno líquido

Los sistemas de oxígeno líquido constan de un tanque principal grande de plata y dos o más tanques portátiles. Estos últimos se utilizan cuando se está fuera del hogar y se pueden rellenar con el contenido del grande. Suelen pesar entre 8 y 10 libras (3,63 y 4,54 kg), y se los puede cargar con un carrito o colgar de un tirante. Si no se utiliza el tanque con frecuencia, el oxígeno líquido se evapora. Por lo tanto, es recomendable llenar los dispositivos portátiles inmediatamente antes de utilizarlos.

Concentradores de oxígeno

Los concentradores absorben el oxígeno del aire y lo trasladan al cuerpo. Estos tanques no son portátiles. Sin embargo, se suelen entregar con un tanque más pequeño portátil como repuesto, en caso de mal funcionamiento o para poder transportarlo con más facilidad. Este sistema se suele aplicar en pacientes que solo requieren oxígeno durante la noche, pero se pueden utilizar durante las 24 horas.