Step 1

Comunica de forma clara y específica la razón de la disciplina. No quieres confundir a tu hijo sobre la razón de por qué está siendo castigado. Señala claramente y en términos simples lo que hizo mal y por qué merece el castigo.

Step 2

Evita el castigo físico. Tu hijo adolescente está más allá del punto de las nalgadas o los golpecitos en la mano. El castigo físico en este momento sólo va a construir la ira y el resentimiento y probablemente no llegará a ninguna parte. De hecho, un joven de 17 años, está en el punto en el que puede defenderse, llevando a una mala situación. Así que, hagas lo que hagas, evita poner tus manos sobre tu hijo.

Step 3

Reduce o elimina los privilegios. Esto impacta duramente a los adolescentes, sobre todo jóvenes de 17 años que están acostumbrados a una mayor libertad que sus homólogos más jóvenes. Quítale las llaves del coche, las salidas tarde con amigos, el teléfono celular, computadoras, televisores y todo lo demás que es un privilegio para ellos. Esto impacta a los adolescentes donde les duele.

Step 4

Dale a tu hijo tareas o responsabilidades adicionales a la luz de sus acciones. Esta es una forma efectiva de disuadir a los adolescentes de 17 años de meterse en problemas. Ellos quieren estar con sus amigos, no quitar el polvo de cada cachivache en la casa o arreglar el patio. La infracción debe dictar el trabajo; llegar después de la hora acordada puede significar pasar la aspiradora por habitaciones extras al día siguiente, mientras que la insubordinación flagrante o insultos pueden significar un mes de lavar platos.

Step 5

No des marcha atrás en la disciplina. Claro, odias ver a tu hijo molesto o triste una vez que tu ira se calma, pero no quieres que se acostumbre a que espere hasta que ya no estés enojado para que quites los castigos. Apégate a las normas en este tema y toma acción disciplinaria.