Step 1

Corta cada plátano a lo ancho de manera que cada rodaja tenga forma de cuña. En un tazón pequeño, vierte tres o cuatro cucharadas de jugo de limón, lima o naranja. Coloca cada rodaja en un plato o tabla de cortar y utiliza el pincel de cocina para cubrir ambas caras. El ácido del jugo de los cítricos ayuda a conservar la frescura del plátano evitando que el oxígeno inicie un proceso de descomposición. Los plátanos están listos para que los utilices en tu pastel y deberían conservarse frescos hasta un período máximo de cuatro o cinco días.

Step 2

Rocía dos o tres cucharadas de ácido ascórbico o vitamina C en polvo sobre los plátanos antes de añadirlos a tu pastel. El ácido ascórbico los protege de la misma forma que lo hace el jugo de limón o lima, y mantendrá los plátanos frescos hasta por cinco días.

Step 3

Corta cada plátano a lo largo por la mitad una vez en lugar de en rodajas con forma de cuña. Coloca cada rodaja sobre la corteza del pastel de plátano, con el lado rebanado hacia abajo. Cuantas más veces rebanes un plátano más oportunidades hay de que el oxígeno llegue a la fruta y comience el proceso de descomposición. Si colocas los plátanos con los lados rebanados hacia abajo los mantienes frescos porque la corteza actúa como un sello que los protege de que se pudran. Esta fruta debería permanecerse fresca durante cinco días aproximadamente.