Step 1

Almacena los arándanos frescos en un recipiente sellado en el refrigerador. La mayoría tiene una duración de unas dos semanas si se refrigera inmediatamente después de cosecharlos. Si compras arándanos en una tienda, es posible que tengas que utilizarlos más pronto, pues no siempre se mantienen.

Step 2

Congela los arándanos colocando los frutos sin lavar en una bandeja de horno y coloca esa bandeja dentro del congelador. Una vez que los hayas congelado, mételos dentro de un recipiente, sella el envase y trata de mantenerlos congelados. Si están congelados se pueden almacenar de 8 a 12 meses.

Step 3

Puedes congelar un puré de arándanos de seis a ocho meses. El puré de arándanos es útil para las recetas de postres o salsas y es fácil de almacenar. Lava los arándanos y hazlos puré en un procesador de alimentos. Mezcla 1 taza de azúcar por cada 2 libras (450 gramos) de puré y almacénalo en un recipiente sellado en el congelador. Cierra las tapas de los recipientes herméticamente y mantén congelada la mezcla hasta que estés listo para usar el puré de frutas.