Cómo quitar el exceso de lechada en las baldosas rugosas

Debes limpiar la lechada antes de que se seque, porque una vez seca es muy difícil de hacerlo.

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Uno de los trucos para colocar la lechada en los pisos es evitar que este material se pegue a la superficie del azulejo. El método adecuado es presionar la lechada en las líneas con una llana, para que se exprima el exceso en la superficie y luego lavarlo con una esponja húmeda. Los problemas comienzan si se trata de una baldosa rugosa. La lechada de cemento tiene una tendencia a permanecer dentro de las grietas y una vez que se seca ahí, es un reto sacarla sin dañar la superficie de la baldosa. Un método implica mucha paciencia y algo de azúcar.

Step 1

Coloca tus tablas de roble en tu sierra de ingletes y corta en forma de cuadrado todos los extremos, uno por uno. Quita lo suficiente como para obtener un borde afilado y limpio.

Step 2

Usa los bordes recién cortados de las placas para quitar los grupos más grandes de exceso de lechada. Sujeta el palo en un ángulo de 45 grados a la superficie, coloca el borde del corte de la junta contra el exceso de la lechada y empuja. Gira el palo cuanto sea necesario para mantener el borde afilado. Continúa hasta que hayas eliminado todos pedazos grandes de lechada.

Step 3

Para quitar los pedazos más pequeños e integrados, llena un balde pequeño con agua tibia y disuelve una taza de azúcar. Con una esponja, humedece toda la zona, dejando el agua con azúcar sobre las baldosas. Deja reposar durante dos horas y de vez en cuando vuelve a remojar la zona.

Step 4

Frota suavemente el azulejo con una esponja de nailon. Usa tus dedos para aplicar una presión firme, pero no presiones demasiado. Suavemente empuja el pincel en el agua con azúcar hasta que el último exceso de lechada se haya salido. Enjuaga bien el área.

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