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Frota el rasguño con la uña. Existen dos tipos de rayones de parabrisas. Un rayón superficial apenas se siente cuando pasas tu uña sobre el cristal. Por otro lado, si el rasguño atrapa tu uña, éste está demasiado profundo y no puede ser reparado. En este caso, deberás reemplazar el parabrisas.

Compra un equipo para reparar vidrios que puedas montar tú mismo. No necesitas contratar un profesional para arreglar un rayón pequeño de tu parabrisas. En lugar de eso, visita tu tienda local de reparaciones de automóviles y compra uno de estos equipos.

Limpia el parabrisas. Utiliza jabón y agua o un limpiador de vidrios para limpiar profundamente el vidrio y eliminar todo el rastro de suciedad y desechos. Enjuágalo y deja que se seque por completo antes de intentar reparar el rayón.

Aplica pasta para pulir vidrios. Todos los equipos para reparar vidrios incluyen este químico, el cual es similar a la pasta de dientes. Colócalo sobre el rayón.

Rocía agua sobre el rayón y la pasta. A continuación, utiliza un paño suave para frotar la solución. Hazlo suavemente. Los parabrisas son frágiles y si ejerces demasiada presión sobre ellos puedes dañar el vidrio.

Deja que se seque la pasta. Esto tomará cerca de 30 minutos. A continuación, limpia y enjuaga el parabrisas, y luego sécalo con un paño.

Repite estos pasos cada seis meses. Los equipos para reparar vidrios brindan una solución temporal. Dado que los rayones eventualmente vuelven a aparecer es mejor aplicar la pasta después de este periodo de tiempo.