Cómo restaurar radiadores de hierro fundido

No uses pintura metálica.

Ablestock.com/AbleStock.com/Getty Images

Muchas casas viejas tienen radiación térmica. Los radiadores son muy pesados ​​y después de un tiempo pueden parecer muy poco atractivos. La parte más difícil de restaurar un radiador de hierro fundido es sacarlo de la casa para que puedas trabajar en él al aire libre o en un taller. Los radiadores recién restaurados añaden carácter a una casa antigua y las pinturas de hoy en día hacen mas eficiente su uso.

Step 1

Inicia este proyecto a principios del verano. Tómate el tiempo suficiente para hacer el trabajo de restauración de los radiadores y también para dar a los radiadores recién pintados tiempo para secarse, antes de usarlos en los meses más fríos.

Step 2

Pídele a un amigo o dos ayudar a sacar los radiadores. Ten cuidado ya que los radiadores son muy pesados. Usa un carro con ruedas para facilitar el desplazamiento de los radiadores a y desde la casa.

Step 3

Aplica chorros de arena (sandblasting) al radiador para eliminar la mayor cantidad de pintura vieja que puedas. Usa un cepillo de alambre para trabajar en las partes difíciles de alcanzar.

Step 4

Llama a las tiendas locales de máquinas si no eres dueño de una chorreadora de arena. Averigua qué talleres mecánicos tienen los tanques de inmersión. Pídeles meter los radiadores ya que removerán fácilmente toda la pintura y el óxido.

Step 5

Cubre el radiador de imprimador a base de cinc con un rociador. Imprimar tu radiador ayudará a que la pintura se adhiera mejor y hará que la pintura dure más tiempo.

Step 6

Aplica una pintura a base de aceite. Cuida de pintar todos los surcos y entre cada sección. Deja que la pintura se seque por completo. Recuerda que las pinturas a base de aceite tardan más en secar que las que son a base de agua.

Step 7

Aplicar una segunda capa de pintura si es necesario.

Step 8

Vuelve a instalar los radiadores en la casa. Dales por lo menos dos semanas para que la pintura se seque antes de ponerlos en marcha. Enciende la calefacción por primera vez, después de que el nuevo trabajo de pintura se haya secado, un día cuando puedas abrir las ventanas, ya que la primera vez que los radiadores se calientan tendrán un olor fuerte a pintura.

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