Los orígenes de las ortigas

La ortiga tiene una larga historia junto a la raza humana.

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Las ortigas, o urtica dioica, tiene espinas y vellos tanto en el tallo como en las hojas, y contiene químicos que irritan la piel al tocarlas. Tiene sus orígenes en el norte de África y Europa. Hoy en día crece alrededor de todo el mundo, preferentemente en suelos ricos en nitrógeno y tiene una altura de alrededor de 1,20 m.

Fibras

Las ortigas del 3000 al 2000 a. C. fueron encontradas por primera vez en Dinamarca. Estas fibras eran mortajas para los entierros. Los norteamericanos nativos al igual que los europeos, utilizaban este tipo de planta para crear telas y así confeccionar sacos, ropa de seda, redes de pesca y cuerdas. Los alemanas las utilizaban para crear sus prendas y para los uniformes de la armada.

Tinte

Las ortigas contienen más clorofila que otras planes, lo cual las convierte en una fuente prima para el tinte verde. Ha sido utilizada durante siglos, comenzando en la Era de Bronce o en el 3000 a 2000 a. C. El gobierno británico utilizó esta planta para crear la tintura y así camuflar sus prendas durante la Segunda Guerra Mundial.

Tratamientos con ortiga

Los antiguos egipcios solían prescribir azotes de ortigas frescas para tratar enfermedades como el aletargamiento, el coma, el reuma crónica y el cólera. El azote era conocido como "urtification". Cuando los romanos fueron a la guerra, trajeron provisiones de ortigas con ellos. Las tribus nativas norteamericanos y las canadienses, al igual que los indígenas del ecuador, también utilizaban esta práctica.

Remedios

Los antiguos egipcios utilizaban infusiones de ortigas para aliviar los dolores de la artritis o el lumbago. Hipócrates, quien vivió desde el 460 al 3711 a. C. hizo 61 remedios a base de ortiga. Galen, 1 a. C., prescribió a las ortigas como un diurético y para las mordeduras de perros, lastimaduras gangrenosas, asma y enfermedades del bazo. En el 400 d. C, Apuleyo Platonicus prescribió las ortigas para lo que llamó un daño gripal y una combinación de artigas y cannabis para el shock. Desde el siglo IV hasta el IX, las ortigas fueron utilizadas para tratar la culebrilla, problemas del seno nasal y la constipación. John Gerard utilizó la ortiga para luchar en contra de los efectos del envenenamiento en el siglo XVI. Nicholas Culpepper prescribió las ortigas en el siglo XVII para tratar las infecciones bucales y de garganta, las infecciones cutjneas, el ciático y el dolor conjunto en su famosa publicación "Culpepper's Complete Herbal". En el siglo XIX, el Dr. O. Phleps Brown uso las ortigas para crear tónicos y diuréticos y las incluyó en su famosa publicación "The complete Herbalist: People Their Own Physicians By the Use of Nature's Remedies".

Nutrición

Las ortigas supuestamente contienen vitaminas, las cuales pueden ser la razón por la cual la pobreza de Inglaterra aprecia las plantas. Los romanos comían las ortigas y las usaban para ablandar sus carnes. Las ortigas son un ingrediente presente en la cerveza, la sopa y el té. Han sido utilizadas para tratar el escorbuto desde que se encuentran presentes en grandes porcentajes en la vitamina C, al igual que en el magnesio.

Producción láctea y trabajo

Las ortigas fueron dadas tanto a las madres durante su etapa de lactancia como a las vacas para estimular la producción lactosa, según el sitio web del Dr. Christopher Herbal Legacy. Las mujeres embarazadas masticaban ortigas para inducir el trabajo de parto. Sin embargo, las fuertes médicas acreditadas no han verificado la eficacia de estos usos.

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