Cómo secar miel

La miel puede ser utilizada de maneras innovadoras cuando se deshidrata.

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La miel es un alimento moderadamente imperecedero. ¡Los arqueólogos han encontrado tarros de miel en las tumbas egipcias que parecen ser de más de 2.000 años de antigüedad! Contrariamente a lo que podría esperarse, la deshidratación de la miel no aumenta su vida útil. El contenido de azúcar en la miel es tan alto que se puede almacenar durante muchos años en su forma natural. Sin embargo, la miel contiene levadura, que con el tiempo puede fermentarla y darle un sabor diferente, aunque seguro. La miel también desarrollará cristales de azúcar con el tiempo o con los cambios de temperatura. Deshidratar de miel elimina estos factores, así como permite su uso esparcida en polvo por encima de productos horneados, o cualquier otro uso donde una textura más polvorosa sea de gran ayuda. Es relativamente sencillo deshidratar la miel para darle una mayor vida útil.

Paso a paso

Step 1

Extiende el papel de pergamino sobre una rejilla deshidratadora.

Step 2

Extiende la miel sobre el papel pergamino, teniendo cuidado de dejar un margen de seguridad en el perímetro para esparcir la miel sin salirte de los límites de la hoja.

Step 3

Coloca la miel en el deshidratador a 120 grados Fahrenheit (48.8° C.) y deshidrátala hasta que esté frágil y se rompa. Revisa periódicamente su estado en todo el proceso de secado tratando de romper algún pedazo de la miel.

Step 4

Saca la rejilla del deshidratador después de alcanzar la fragilidad deseada. Colócala en un lugar seco y deja que se enfríe por completo. Es mejor hacer esto en un clima seco, no húmedo, para evitar que la miel se rehidrate con la humedad del aire.

Step 5

Rompe la miel en trozos y colócalos en una licuadora cuando se haya enfriado. Licúala hasta hacerla polvo.

Step 6

Almacena la miel en un recipiente excepcionalmente hermético y en un lugar seco.

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