Cómo cocinar en una olla de cocción lenta

Las ollas de cocción lenta hacen que la preparación de la cena sea rápida y fácil. Coloca unos pocos ingredientes en la olla a la mañana, ajusta la temperatura, realiza tus actividades cotidianas y cuando vuelvas a tu casa tendrás una comida casera lista para ser servida. Incluso el cocinero más inexperto puede preparar una comida abundante y deliciosa en esta olla mientras tenga en cuenta algunas pautas.
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Descongela las carnes antes de ponerlas en la olla. Si bien algunas personas argumentan que se puede poner un pollo congelado entero, la verdad es que los bloques de carne congelados provocan inestabilidad en la temperatura de cocción, pudiendo ocasionar, por lo tanto, el desarrollo de bacterias o la mala cocción de algunas zonas. Descongela las carnes con tiempo para evitar que esto suceda.
Estas ollas cocinan lentamente, lo que produce un mínimo de evaporación. Si tus recetas viejas no están diseñadas específicamente para este tipo de ollas, reduce el líquido a por lo menos 1/3. Si estás cocinando sopa, no es necesario reducir el líquido, a menos que desees una sopa más abundante. Una buena regla es utilizar la menor cantidad de líquido, no más de lo que quisieras que la comida tenga una vez cocida.
Coloca ciertas verduras antes en la olla ya que algunas se cocinan más rápidamente que otras. Si colocas los vegetales blandos demasiado temprano, pueden convertirse en puré para cuando la cocción haya terminado. Los vegetales en lata o los de cocción suave y rápida, como los tomates o el calabacín, deben añadirse en la última hora de cocción. Si deseas agregar verduras congeladas, déjalas a temperatura ambiente primero y agrégalas en la última media hora. De lo contrario, enfriarán lo que esté dentro de la olla, harán que el tiempo de cocción sea más lento y podrían provocar que la comida quede por debajo de la temperatura segura de cocción de 140 grados. Algunos condimentos, especialmente las hierbas frescas, perderán sabor si son guisados por mucho tiempo. Para obtener los mejores resultados, sazona tu comida en la última hora de cocción. Si no deseas que tus guarniciones vegetales se mezclen con la grasa derretida de la carne, diseña un envoltorio de papel de aluminio para ellas. Añade los condimentos, la manteca o aceites a tu bolsa de vegetales, dobla el papel para sellar la bolsa y colócala en la olla.
Utiliza los cortes de carne que tienen un mayor contenido de materia grasa ya que la carne será mucho más tierna después de varias horas de cocción lenta. Córtala en trozos grandes para obtener mejores resultados. Para lograr más sabor, puedes dorar la carne antes de agregarla, aunque no es necesario. Mantén las grandes piezas de carne, tales como el asado o pollos enteros, elevados de su propia grasa derretida colocando una rejilla de metal o sobre bolas de papel de aluminio si no tienes una rejilla. Los mariscos se cocinan mucho más rápido que otros tipos de carnes; la mayoría de los mariscos no necesitan ser cocidos por más de 1 o 2 horas. Pasado este tiempo, el marisco se tornará gomoso y el pescado comenzará a descamarse, a desintegrarse y parecerá avena de pescado.
Presta atención cuando cocines alimentos delicados, como el arroz, la pasta y las legumbres secas. El exceso de líquido, o dejarlo en una sopa por demasiado tiempo, puede provocar que el arroz se sature y se ablande. Muy poco líquido, o en un guiso abundante con granos flotando en la parte superior, puede resultar en granos duros mezclados con tu comida. La pasta también puede cocinarse de manera poco uniforme y tiene un tiempo breve de cocción. Los frijoles, que tardan mucho en cocerse en la cocina común, pueden tomar aún más tiempo si los cueces en esta olla. Considera cocinar el arroz o la pasta por separado y servir tus guisos, carnes y verduras sobre ellos. Si quieres cocinar frijoles en esta olla, pre cocínalos en la cocina, o para obtener una solución rápida y fácil, utiliza frijoles enlatados.
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Advertencias
- Nunca pongas una tapa de vidrio, un vaso de vidrio o recipientes de barro en una encimera fría, en un fregadero de acero o en agua fría cuando estén calientes. El impacto de la temperatura provocará que se rajen.