Cómo criar a un niño mientras vives con tus padres

Tus padres pueden tener algunas influencias muy positivas en tu hijo.

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Si eres un padre que vive con tu hijo en la casa de tus propios padres, no estás solo. Según datos de 2008 del Pew Research Center, cerca de 49 millones de estadounidenses viven en un hogar con más de una generación de adultos. Sin embargo, aunque esta situación no es rara, eso no la hace fácil o simple. La crianza de los hijos con tus propios padres alrededor todo el tiempo presenta una serie de desafíos. Un buen curso de acción es establecer algunos parámetros antes de tiempo para que todos vivan en armonía.

Habla con tus padres acerca de las reglas que desees en el lugar para tu hijo. Tus padres puede que no vean nada malo en entregarle a tu hijo unos dulces extras o un tiempo de televisión. Si bien puedes sentir que tal complacencia está bien de vez en cuando, es necesario que le dejes eso claro a tus padres ya que están viendo a tu hijo a diario, ellos tienen que cumplir con tus límites. También es necesario establecer algunas reglas básicas acerca de la disciplina y los tiempos de ir a la cama. Habla con tus padres acerca de si deseas que te ayuden a resolver los conflictos o de repartir disciplina. También querrás establecer a quién debe acudir tu hijo en caso de que esté teniendo problemas en la escuela o con los amigos.

Separa una parte de la casa para ti y tu niño. Aunque puede ser que tengan sus propios dormitorios, si es posible, debes tener un poco de espacio para estar juntos como una familia ustedes solos. Pídele a tus padres que te permitan utilizar el estudio, el sótano o la sala de estar como el espacio personal de tu familia, donde puedas configurar los videojuegos o colocar algunos de los juguetes de tu hijo.

Pregúntale a tus padres lo que esperan de ti y de tu hijo. Desarrolla un horario familiar que les dé a ti y a tu hijo tareas tales como lavar los platos o pasar la aspiradora. Habla de tus planes para el cuidado de tus espacios personales. Tus padres podrían preguntarse con qué frecuencia limpiarás tu cuarto de baño o si esperas a que tu hijo haga su propia cama. También discute los problemas de dinero, incluyendo quién es responsable de las facturas, cómo vas a pagar las facturas y si vas a compartir los costos de los alimentos. Si estás trabajando, debes esperar a contribuir financieramente a la familia. Si no estás trabajando y no tienes ningún ingreso, ofrécete para ayudar un poco más en la casa para mostrar tu agradecimiento y mantener la armonía.

Mantén un diálogo permanente entre tu persona, tu hijo y tus padres, para que todos tengan la oportunidad de compartir cómo te sientes acerca de las situaciones que puedan surgir. Debes estar dispuesto a ajustar tu horario o hacer adaptaciones que ayuden a mantener a todos felices. Tus padres merecen el respeto que le darías a alguien con quien pudieras estar viviendo.

Planifica un tiempo especial para que estén juntos tú y tu hijo. Vivir con tus padres, inevitablemente, significa que no tendrás mucho tiempo familiar con sólo ustedes dos. Salgan a tomar un helado, programar un tiempo de uno a uno en la biblioteca local o tener una cena de pie en un restaurante local. Esto te da a ti y a tu hijo una oportunidad para relacionarse entre sí en un entorno diferente al hogar de tus padres, lo cual puede hacer que ambos se sientan más a gusto.

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