Sembrar al exterior

Step 1

Planta los bulbos al aire libre en el otoño, seis a ocho semanas antes de la primera helada fuerte. El suelo debe estar bien drenado y a una profundidad de 12 a 15 pulgadas (30 a 38 centímetros), con una generosa cantidad de abono. Haz un orificio de seis a ocho pulgadas (15 a 20 centímetros) de profundidad, espaciados de dos a seis pulgadas (5 a 15 centímetros) de distancia.

Step 2

Coloca los bulbos en los agujeros con la parte inferior (plana) hacia abajo y cubre con tierra apisonada con firmeza. Después de plantar, mantén los bulbos bien regados. En las zonas con inviernos severos, protege los bulbos con una gruesa capa de mantillo hasta la primavera.

Step 3

Mantén las plantas bien regadas cuando empiezan a brotar en la primavera. Una vez que la temporada de floración haya pasado y las flores comiencen a desaparecer, corta el tallo de la floración de la planta, pero no quites las hojas; déjala morir de forma natural. Esto permitirá que los bulbos almacenen energía para el año siguiente.

Step 4

Deja los bulbos en la tierra o sácalos y guárdalos en un recipiente en un lugar fresco y seco hasta el otoño siguiente.

Sembrar al interior

Step 1

Elige los bulbos más grandes que puedas encontrar para sembrarlos en interior. Agrega agua en la cámara inferior de los tarros y ajusta los bulbos arriba, con el lado plano hacia abajo, un bublo por frasco. El agua debe estar cerca, pero no tocar la parte inferior del bulbo.

Step 2

Coloca los frascos en el refrigerador durante 10 a 14 semanas. De vez en cuando añade agua según sea necesario.

Step 3

Mueve los recipientes a un lugar bien iluminado (pero no la luz solar directa) cuando haya una masa de raíces en el fondo y un brote aparezca desde la parte superior del bulbo.

Step 4

Después de tres o cuatro días, mueve los frascos hacia una ventana para que les dé el sol hasta que las plantas florezcan. Después de marchitarse las flores, el tallo de la flor debe ser retirado, y entonces puedes plantar los bulbos al aire libre.