Acude al dermatólogo para que te haga una revisión. Los capilares rotos suelen estar alrededor de la nariz y la boca, pero pueden encontrarse también en otras zonas de la cara. El dermatólogo podrá decirte exactamente cuál es el problema y cómo tratarlo. En función de la profundidad y la longitud de los capilares, puede ser necesario someterse a tratamientos con láser que impidan que salga sangre del capilar y compriman los vasos sanguíneos para evitar futuras roturas.

Plantéate someterte a un tratamiento con láser. Dependiendo de la gravedad de los capilares rotos, puede que sólo necesites una sesión. Las sesiones suelen durar de 15 a 20 minutos y tienen lugar en la consulta del dermatólogo.

Pregúntale al dermatólogo por la medicación. Si no quieres someterte a un tratamiento con láser, puede recetarte medicamentos que compriman los vasos sanguíneos. Los hay sin receta, pero recuerda seguir las instrucciones del prospecto para evitar irritaciones en la cara. Normalmente, se nota un cambio al cabo de diez días o menos tras empezar a tomar la medicación o aplicar cremas faciales.

Los remedios naturales también pueden ayudar a curar los capilares rotos y evitar futuras roturas. Echa camomila o aceite de rosas en tu crema hidratante o máscara facial y aplícatela en la cara. Aunque estos tratamientos pueden tardar más tiempo en hacer efecto, te permitirán evitar las sesiones extra de tratamientos con láser o la aplicación de medicamentos en el rostro.

Bebe té de camomila, que ayuda a mejorar la circulación. De ese modo, puedes reducir las probabilidades de que te salgan más capilares rotos en el rostro. También puede resultar de ayuda usar una crema tópica que contenga vitamina C para evitar futuras roturas y ayudar a curar los capilares que ya están rotos.