Durante siglos, el vino y el champagne se taparon con un corcho, que se extrae de la corteza de los árboles de roble, presentes principalmente en Portugal y en España. Sin embargo, en los últimos años, debido a la clara escasez en la oferta mundial de corcho, además de los problemas asociados con el uso de corcho natural (por ejemplo, problemas de deterioro o cambio en el gusto de la bebida), los embotelladores comenzaron a usar corchos de plástico para sellar champagne y vino. Extraer este corcho de plástico de una botella de champagne se realiza de la misma forma que extraes un corcho natural y debes respetar las mismas precauciones de seguridad.