Lavado

Antes del lavado, traslada la alfombra al exterior y sacúdela enérgicamente para eliminar el polvo, las migas, la suciedad o los residuos. Coloca la alfombra en la lavadora junto a otros elementos, como toallas o sábanas, para equilibrar la máquina. Lávala con agua fría y detergente suave, agrega una taza de vinagre durante el enjuague final para disolver los residuos de jabón y mantener la suavidad de las fibras.

Secado

Para preservar la integridad de la base de goma, deja que las alfombras recién lavadas se sequen por efecto del aire. Cuélgalas al aire libre lejos de la luz solar directa para evitar los rayos UV perjudiciales o colócala en interiores sobre una barra. Si la etiqueta indica que puedes secar la alfombra en una máquina, elige la configuración de calor más baja posible.

Almacenamiento

Para un almacenamiento prolongado, pliega las alfombras con base de goma con la parte de vinilo hacia afuera. Esto protege las fibras y evita que la base se pegue sobre sí misma durante el almacenamiento. Envuelve las alfombras limpias y secas en una sábana vieja o colócalas dentro de fundas y luego guárdalas en un lugar fresco y oscuro para que se conserven en buen estado. Esto prolongará la vida útil de tus alfombras al protegerlas del calor y la luz, elementos que debilitan las fibras y desvanecen los colores.

Limpieza de manchas

Cuando llegan visitas inesperadas y no tienes tiempo de dejar todo impecable y limpio, quita las manchas de las alfombras con base de goma limpiándolas con toallitas húmedas de bebé. Estos elemento húmedos y ligeramente aromáticos no sólo quitan el polvo, la suciedad y los cabellos, también absorben manchas cotidianas y frecuentes de manera efectiva, como derrames, salpicaduras y goteos.