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Escoge un árbol de eucalipto del vivero. Asegúrate de que el árbol no tiene el cepellón apelmazado en su maceta y que se ve saludable. Los árboles más pequeños son mejores en este caso, porque sabes que las raíces no han usado todavía todo el espacio en la maceta. Elige un árbol que tenga entre 1 pie y 1 pie y medio de altura.

Compra el árbol en el momento adecuado del año. Los árboles de eucalipto necesitan plantarse en cuanto los traes del vivero. Si es un tipo de eucalipto de tu zona, entonces es aceptable plantarlo en cualquier momento del año. Sin embargo, si vives en un área que tiene veranos muy calurosos y secos, lo mejor sería plantarlo en otoño o al comienzo de la estación lluviosa. Para las zonas con inviernos fríos, planta al comienzo de la primavera para que tenga la posibilidad de extender sus raíces antes de que llegue el invierno.

Riega bien el árbol antes de plantarlo y elige un área soleada. Luego, cava un hoyo más grande que la maceta en la que compraste el árbol y una o dos pulgadas más profunda. Rompe los terrones de tierra que haya, y rastrilla las hierbas y las piedras.

Saca el árbol de la maceta y separa las raíces sin romperlas. Esto es esencial si la maceta está llena de raíces.

Coloca el árbol en el agujero y trabaja las raíces de forma que señalen hacia afuera. Ten cuidado de no romperlas. Riega el árbol y llena la tierra mientras riegas. Esto la sellará alrededor del árbol y evitará las bolsas de aire, previniendo así que se enfermen las raíces.

Cubre el nuevo suelo con mantillo para conservar el agua y mantener las hierbas fuera. No claves el árbol ya que esto lo debilitaría. Debe ser capaz de sostenerse por sí mismo.

Mantén la humedad del suelo hasta que el árbol esté arraigado. Una vez que lo esté, tolerará la sequía, pero no permitas que el suelo esté totalmente seco hasta que el árbol tenga varios pies de altura.