Step 1

Calienta previamente el horno a 350 grados Fahrenheit (176,67 ºC). Unta mantequilla en un molde de 9 por 13 pulgadas (22,86 por 33,02 cm), o en dos moldes de 9 pulgadas (22,86 cm) de diámetro y luego espolvoréalos ligeramente con harina. Si no quieres que al final el pastel quede manchado de blanco, cubre los moldes con un poco de la mezcla de pastel en polvo en vez de harina.

Step 2

Mezcla los ingredientes húmedos primero. Agrega los huevos, el aceite y la leche y revuélvelos bien.

Step 3

Elige un sabor de pudín y coloca esta mezcla en otro bol. Si no sabes qué sabor deberías utilizar, prueba con vainilla. El pudín de vainilla complementa perfectamente cualquier sabor de pastel, sin resultar abrumador. Si haces un pastel de chocolate y quieres obtener un sabor más intenso, una buena elección sería agregar pudín de chocolate.

Step 4

Agrega la mezcla de pastel al bol que contiene el pudín y revuelve. Añade los ingredientes secos a los húmedos y mezcla bien, asegurándote de eliminar todos los grumos.

Step 5

Coloca el molde o los moldes en el horno por el tiempo recomendado en la caja de la mezcla de pastel. Este estará listo cuando la superficie retroceda un poco al tocarla ligeramente. Revisa el pastel 5 minutos antes del tiempo indicado para no hornearlo de más. Si lo horneas demasiado tiempo, se secará, incluso habiendo agregado pudín.

Step 6

Retira el pastel del horno y colócalo en una rejilla. Glaséalo después de que se haya enfriado y sírvelo.