Agrega el fertilizante con moderación. Los abonos contienen sal, la cual se asienta en la tierra y se acumula con cada aplicación. La sal quema las raíces provocando puntas color marrón. Es recomendable que la fertilices una vez por año. Si ves que es necesario, divide a la mitad la cantidad recomendada y mantén la misma cantidad de riego.

Elimina la sal de la tierra por medio del riego. Si las puntas se tornan color marrón, debes aumentar el agua para que se limpie la tierra. Una manera de hacer esto sin dañar la planta y causar más problemas es sacar la planta al exterior en un día caluroso y regarla hasta que el agua salga por debajo. Deja que repose al sol hasta que la tierra se seque.

Coloca la planta en un lugar donde la luz solar caiga indirectamente. Esto estimulará el crecimiento de la flor. No la pongas a pleno sol, excepto cuando limpies la tierra.

Protege la tierra de las plagas. Puedes hacer esto siguiendo los pasos mencionados en este artículo. Si el agua se anega en la tierra por mucho tiempo, pequeños gusanos infectarán la planta. Mantén a la tierra húmeda, pero permite que se seque de un riego a otro. Si los parásitos la invaden, con cuidado reemplázala por una nueva. Tampoco la contamines con pesticidas.