Comienza una conversación con el niño preguntándole cómo le fue en la escuela, qué tipo de juegos prefieren o cuál es el libro que más les gusta leer. Primero debes lograr que el niño se sienta cómodo contigo y hazles bromas o comentarios graciosos, ya que a los niños les encantan las personas divertidas.

Participa en actividades que los niños disfruten. Salir a pasear en bicicleta, visitar el zoológico o ver una película infantil en el cine demuestra que sabes qué les gusta a los niños. Si quieres que la excursión con el niño sea más divertida, invita a sus amigos.

Léeles su libro favorito y diviértelos haciendo gestos con las manos según la historia, y mantén un tono de entusiasmo. Si haces que sea más animado (especialmente en el caso de los niños que aún no pueden concentrarse durante largo tiempo) querrán volver a oírte leer y hasta puede ser que se interesen más en los libros en el futuro.

Al lidiar con niños, ten paciencia. Los niños tienen muchísima energía y pueden volver locos a los adultos con su comportamiento hablando en voz muy alta, peleando con otros niños o, aún peor, corriendo por todas partes. Si empiezas a sentirte irritado, respira hondo y cuenta hasta diez antes de comenzar a perder la cordura. Adviérteles que si se portan mal serán castigados durante un rato o que tal vez no los dejes usar sus juguetes favoritos o ver la televisión un par de días. O diles que los recompensarás con un helado si se portan bien durante un buen rato. Así sabrán que deben mejorar su comportamiento y comprenderán para la próxima vez que es mejor ser obedientes.