¿Qué hace el carbón activado?

El carbón activado (que se vende en polvo, granulado o líquido) se usa en humanos y animales para tratar envenenamiento y sobredosis; se une al veneno y evita que el cuerpo lo absorba. Se ha vuelto el principal tratamiento para envenenamientos debido a su efectividad. Sin embargo, es efectivo porque es poderoso y, en consecuencia, debe ser manejado responsablemente. Si se lo administra incorrectamente, puede llevar a aspiración pulmonar, que puede ser fatal. Además, para algunos envenenamientos (con ácido, álcali, petróleo y otros), puede empeorar la situación.

¿Por qué alguien querría darle a un perro carbón activado?

El uso doméstico más común del carbón activado es para tratar los gases y el mal aliento en perros. Como estos son problemas que no amenazan la vida, evita darle carbón hasta no haber consultado al veterinario. El carbón activado puede también eliminar toxinas en caso de envenenamiento. Muchos libros y sitios web recomiendan este medicamento como primer auxilio en caso de envenenamiento, pero este método de desintoxicación funciona mejor cuando es administrado por un profesional. Existen importantes pasos que deben seguirse inmediatamente después de la administración, que pueden incluir la colocación de vías intravenosas y/o catéteres urinarios. Si sospechas que tu perro ha sido envenenado, busca inmediatamente ayuda veterinaria.

¿Cuáles son los riesgos de darle a un perro carbón activado?

Si un animal es muy sensible o alérgico al carbón activado, la ingestión de este producto puede ser fatal. La aspiración de carbón activado puede causar obstrucción respiratoria y posiblemente bronquiolitis fatal (esto es, la inflamación de los conductos de aire más pequeños del pulmón, lo que puede provocar asma); por esta razón, el carbón no debe usarse en situaciones en las que el animal es incapaz de proteger sus vías respiratorias (si su conciencia está reducida, por ejemplo). Otros riesgos son vómito, constipación o diarrea, pobre absorción de nutrientes y deshidratación.