Tipos de actividades humanas que destruyen los ecosistemas

Las actividades humanas, como la industria, son las causas principales de la destrucción del ecosistema.

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Los ecosistemas son comunidades de animales, plantas y otras criaturas vivientes que interactúan entre si, así como también con su ambiente físico. La acción humana ya ha transformado más de un tercio de la superficie terrestre del planeta. También ha sido responsable por la degradación de los ecosistemas acuáticos. Hoy, las actividades humanas como agricultura, minería, industria y pesca son la causa principal de la destrucción de los ecosistemas, especialmente cuando se realizan en una manera explotadora e irresponsable.

Minería

Las operaciones mineras a gran escala pueden resultar en una significativa deforestación a través del despeje y la construcción de rutas. Según el sitio web de National Geographic, los bosques aún cubren alrededor del 30 por ciento del área terrestre de la Tierra, pero un área del tamaño de Panamá es deforestada cada año. Sumada a la deforestación, la minería también destruye los ecosistemas acuáticos usando metales pesados y otras sustancias tóxicas en la extracción de metales minerales, como oro, plata, cobre y acero. Estas sustancias contaminan los suministros de agua y dañan a los peces, interrumpiendo la cadena alimenticia y contribuyendo a la extinción de especies que ya están en peligro de extinción. Las operaciones mineras también emite gases tóxicos a la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global.

Agricultura

Los humanos usan más de la mitad del agua potable a la que pueden acceder. Y más de la mitad de este agua se usa en agricultura. Para satisfacer las demandas de agua potable en constante aumento, los humanos han alterado sistemas de ríos, destruyendo ecosistemas terrestres y acuáticos Sumado a esto, los pesticidas y fertilizantes usados en la agricultura moderna pueden acumularse y dañar el suelo, las fuentes de agua, plantas y animales. Los pesticidas también pueden matar pájaros e insectos polinizadores, como las abejas que se alimentan de los cultivos. La agricultura intensiva lleva a la erosión del suelo y limita la biodiversidad, dañando y eliminando plantas y animales autóctonos.

Industria

Desde el siglo XVIII y el advenimiento de la Revolución Industrial, el dióxido de carbono ha aumentado casi un 30%. Las industrias también son responsables de la producción de otros gases tóxicos, como los dióxidos de sulfuro y nitrógeno, que junto con el dióxido de carbono, contribuyen al calentamiento global. Las temperaturas elevadas y los deshielos han interrumpido particularmente los ecosistemas árticos. Las industrias pueden también afectar los ecosistemas acuáticos. Los químicos excesivos de los desechos de las industrias pueden causar florecimiento de algas, que crean toxinas que son dañinas para los peces y mariscos. El uso y la transformación de materiales no renovables, como el petróleo crudo, hace que el impacto negativo de la industria petroquímica en los ecosistemas sea aún mayor. Los derrames de petróleo y otros accidentes pueden causar daños extremos y, a veces, irreversibles a los ecosistemas circundantes.

Pesca

Sumado al impacto negativo de algunas poblaciones de peces, los métodos de pesca destructivos, como la pesca de arrastre de fondo, las detonaciones y los envenenamientos, pueden también dañar algas marinas y otras partes del ecosistema marino. En el arrastre del fondo, largas redes son arrastradas a lo largo del lecho del mar, levantando peces y camarones, pero atrapando y dañando además otra vida marina. Aunque se practica en menor escala, el uso de explosivos o sustancias tóxicas, como el cianuro, también son prácticas de pesca destructivas. Las prácticas de pesca insostenible han contribuido a la destrucción de más del 65 % de las comunidad de hierbas marinas en el mundo. Casi todos los arrecifes de corales de agua fría encontrados en el noreste del océano Atlántico muestra marcas de la pesca por arrastre.

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