Cómo deshidratar la berejena
La berenjena es una de esas plantas de verano cuya conserva se dificulta una vez que el tiempo de cosecha ha terminado. Estos vegetales tienden a ablandarse si se enlatan y, a menos que se cocinen en pucheros; tampoco se congelan bien. Sin embargo la berenjena se deshidrata perfectamente y una vez que se termina el proceso puede guardarse por todo un año.
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Lava la berenjena con agua corriente y quita lo sucio o deshecho del vegetal.
Corta el tallo de la berenjena con un cuchillo filoso y si lo prefieres pélala. Corta rebanadas de 1/4 de pulgada.
Llena la olla con agua a la mitad y hiérvela.
Mete las rebadanas de berenjena en el agua y hiérvelas por cuatro minutos.
Vacía las rebanadas en una coladera y sumérgelas en agua helada para detener el proceso de cocción.
Coloca las rebanadas una a una sobre las charolas del deshidratador.
De acuerdo a las instrucciones de uso, deshidrata de 12 a 14 horas o hasta que tus rebanadas se vean correosas y frágiles.
Guarda las rebanadas en bolsas con cierre hermético y en un lugar fresco y seco hasta que las necesites.
Consejos
- Rehidrata las rebanadas de berenjena regándolas con agua hirviendo y dejándolas reposar por 30 minutos.
- Una vez que se hayan restablecido, las berenjenas pueden verse oscuras y su sabor puede ser más fuerte que cuando están frescas.
- Las rebanadas secas de la berenjena pueden utilizarse para sopas, estofados o en pucheros. La berenjena se restituye durante el proceso de cocción utilizando los líquidos necesarios.
- La berenjena puede deshidratarse en un horno eléctrico o de gas si el calor se mantiene de 140 a 150 grados F con la puerta ligeramente abierta para que la humedad salga. Revisa la temperatura con un termómetro cada dos horas.