Inmediatamente después de la floración

Cuando la última flor cae de su orquídea, es hora de comenzar una rutina de cuidado y mantenimiento que le ayudará a su floración de nuevo. Comienza por cortar el tallo de nuevo pasada la mitad. Corta con un cuchillo limpio y afilado y sella el corte con cera derretida para prevenir una infección bacteriana.

Fomenta la refloración

La planta normalmente enviará un nuevo bulbo cerca del sitio de corte. Continúa con tu horario de riego y fertilización para estimular el reflorecimiento. La mayoría de las orquídeas que se cultivan en el hogar se deben regar de 5 a 12 días, dependiendo del medio en que se cultivan y la temporada. Las orquídeas se pueden clasificar en una de tres categorías para las necesidades de riego: las que requieren la tierra constantemente húmeda (pero no mojada), las que prefieren un suelo húmedo, pero que debe secarse entre riego y riego, y las que funcionan mejor cuando el suelo se mantiene casi seco.

Comprueba la caja incluida al adquirir tu orquídea para determinar qué programa de riego debes seguir. El fertilizante debe aplicarse una vez por mes. Una fertilización inadecuada puede impedir el crecimiento y afectar a las flores. Una fertilización con demasiada frecuencia puede quemar las raíces y las hojas. Mantén la planta en un lugar que reciba luz intensa pero indirecta, una ventana orientada al sur es ideal. Monitorea el color de las hojas para determinar si tu orquídea está recibiendo la cantidad adecuada de luz. Una planta que recibe muy poca luz tendrá hojas verde oscuro, mientras que si recibe demasiada luz presentará hojas rojizo-verdes. Las condiciones ideales de luz harán que las hojas sean de color verde brillante.

Se consistente en tu rutina de cuidado y ten paciencia con tu orquídea. Las orquídeas son notoriamente lentas en cuanto a su crecimiento y la refloración puede tardar hasta un año después del anterior crecimiento.