Preparación

Limpia el aluminio que estás soldando. Rocía la superficie del aluminio con un limpiador eléctrico y enjuaga con agua limpia. Usa un cepillo de acero inoxidable para limpiar la suciedad difícil. Seca el aluminio una vez que toda la suciedad se haya eliminado.

Prepara el disipador de calor de cobre o aluminio para la tarea. Despeja el espacio a su alrededor y límpialo. Cuando estás soldando, esta es el área donde las piezas se sujetan para evitar que se deformen.

Precalentamiento

Verifica los accesorios de las piezas para asegurarte de que estén bien combinados. Practica con la soldadora para ver qué posiciones son las mejores para sostener el soldador para múltiples elementos. La posición cambiará para los diferentes tipos de juntas o uniones. Precalienta la pieza de aluminio antes de trabajar con ella. Precalienta las mismas sobre la marcha. Esto evitará la aparición de grietas o daños sobre las piezas durante el proceso de soldadura. Utiliza un indicador de temperatura para medir las temperaturas de precalentamiento y no excedas los 230 grados Fahrenheit (110° C) durante este tiempo.

Coloca puntos de soldadura al comienzo y al final de cada objeto y usa la soldadora o incluso un horno para precalentar. Si estás precalentando una pieza gruesa para soldarla a una pieza más delgada y no hay escurrimiento, usa repisas de corridas y escorrentía para ayudar.

Soldadura

Junta las piezas y haz que los bordes queden alineados. Colócalas tan juntas como puedas para soldarlas y evitar espacios. Para obtener una soldadura limpia, utiliza un movimiento de empuje para dirigir el soldador lejos del objeto en vez de un movimiento de arrastre.

Las técnicas "rápido y caliente" funcionan bien con el aluminio, por lo que mediante el movimiento de empuje en combinación con algo de velocidad y el calor hará que el trabajo se vea mejor al final. Si eres demasiado lento, es más probable que el soldador queme a través del aluminio. Cuando estés construyendo montículos con el soldador, construye también el cráter para moldear una forma convexa en vez de al revés. Esto reparará cuando los materiales se contraigan y evitará la formación de grietas.