Una disputa sobre juguetes o un desacuerdo sobre las reglas de la casa pueden parecer bastante típicos entre un hermano y una hermana. Sin embargo, cuando la discusión se intensifica e irrumpe la vida en el hogar para la familia entera, puede indicar que la rivalidad entre hermanos se está poniendo fea.

Según Jane Greer, Ed.D. de Nueva York, un terapeuta nacionalmente conocido de matrimonio y familia y autor de “¿Qué hay de mí? Detén el egoísmo antes de que arruine tu relación”, cuando a los niños no les enseñan a compartir, eso resulta en una rivalidad entre hermanos severa.

“El minuto en el que tienes que compartir, empezó el desafío”, dijo Greer. “Si a los niños no les enseñan a compartir, eso provocará que se sientan resentidos, engañados e incluso controlados por hermanos”.

Enseñar a tus hijos a compartir algunas veces puede parecer desalentador. Pero los juegos y actividades creativas que fomenten la construcción de la relación pueden alejar a los hermanos de las competencias de gritos y vociferaciones de “Eso no es justo” hacia una amistad duradera de por vida donde entiendan los gustos y disgustos del otro.

“El objetivo es fomentar una sensación de espíritu cooperador de equipo, trabajo de equipo y diversión que proviene de compartir equitativamente”, dijo Greer.