Los 10 actos más estúpidos de la historia

En el peor de los casos, los errores llevaron a la muerte a cientos de miles de personas.

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Hubo quienes cometieron errores que le costaron la vida a miles de personas. Hubo quienes se perdieron el negocio de sus vidas y nunca se lo perdonaron. Todos tienen en común haber quedado en la historia por su estupidez, ya sea por mal criterio o simplemente no hacerle caso al pasado. Aquí compilamos los errores más tontos de la historia para aprender lo que no se debe hacer.

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Millonario por error

Convertirse en millonario de la noche a la mañana podría haber sido posible si no se hubiese tratado de un error.

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Un buen día puede comenzar con un buen descanso, pero inicia mucho mejor si cuando revisamos la casilla de email encontramos un depósito 92.233 billones de dólares en nuestra cuenta de PayPal. Eso mismo le sucedió al estadounidense Chris Reynodls, quien de la noche a la mañana fue el hombre más rico del mundo. Rápidamente, la empresa tomó cuenta del error que había cometido uno de sus empleados y lo enmendó. Reynolds podría haber hecho un escándalo judicial y quedarse con algunos miles de dólares, pero prefirió optar por el humor y la sinceridad: "Si hubiera tenido ese dinero, habría pagado la deuda nacional", afirmó.

Invadir Rusia

Ni los mejores ejércitos pudieron con el gigante euroasiático.

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Un cortocircuito entre la Francia de Napoleón y la Rusia del zar Nicolás I llevó al ejército francés a invadir tierras rusas en 1811 pese a las advertencias de que no era propicio. Consciente del poderío militar de Francia, el zar ordenó a sus tropas replegarse y aplicar la técnica de tierra arrasada, que consistía en destruir y quemar todo lo que fuese posible para dejar sin abastecimiento a los invasores. Fue la gran derrota de Napoleón. Más de 100 años después, Hitler también se atrevió al gigante euroasiático. La campaña se extendió, llegó el invierno y el ejército ruso de Stalin resistía. Los alemanes, mal equipados y con frío, morían de a miles por día. Una vez más, el frente oriental ruso demostraba que no había ejército que le pudiese ganar.

El Titanic

El gran error del Titanic fue inmortalizado en el cine.

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Se suponía que era invencible, lo más avanzado en tecnología náutica, imposible de hundir. Sin embargo, no pudo concretar su viaje de bautismo. El Titanic se hundió hace más de 100 años, pero no hay una persona que no conozca su historia porque fue justamente la soberbia de su inmensidad lo que perduró a lo largo de las décadas. Esa soberbia llevó a que al trasatlántico no se lo equipase con suficientes salvavidas. La quinta noche de su viaje chocó contra un iceberg que inundó los compartimentos más bajos e hizo colapsar el barco. La fama de invencible del Titanic se hundió con miles de almas.

La discográfica que vio pasar el éxito

A Los Beatles le dijeron que su sonido de guitarra estaba pasado de moda.

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Hay errores imperdonables en la vida, quizás, haber considerado que cuatro músicos de Liverpool no eran lo suficientemente buenos para ofrecerles un contrato de grabación sea uno de ellos. En 1961 la formación que luego se conocería como Los Beatles se presentó en Decca Records para una audición. Los ejecutivos los escucharon y concluyeron que el grupo musical no era comercialmente viable. Un tiempo después audicionaron para EMI. La discográfica vio potencial en ellos. El final de la historia es conocido, aunque se desconoce si los empleados de Decca Records mantuvieron sus puestos de trabajo.

Otro negocio perdido

La Western Union confió demasiado en su única fuente de ingresos.

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Un claro ejemplo de subestimación del sistema capitalista le ocurrió a Western Union en 1876. La empresa creyó que tenía el negocio resuelto con el monopolio del telégrafo en Estados Unidos, por eso cuando Alexander Graham Bell les presentó su invento, el teléfono, consideraron que tenía “demasiadas fallas para ser seriamente considerado como medio de comunicación”. Dos años después, Western Unión descubrió el potencial que tenía el invento en un mundo que se expandía. Corrió a ofrecerle 25 millones de dólares a Graham Bell para patentarlo, pero había llegado ya muy tarde.

El presidente que no pasó la audición

Ronald Reagan se perdió de protagonizar su futuro trabajo en la pantalla grande.

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Ronald Reagan llegó a la presidencia de Estados Unidos en 1981 tras una particular carrera: fue actor, titular del sindicato que agrupa a los actores y vocero de la empresa General Electric. Fue durante su época en la actuación, de audiciones y pruebas que probó suerte para participar de la película “The Best Man” en 1964. Pero la suerte no estuvo de su lado. Los productores le dijeron que su perfil no correspondía con el personaje. Reagan había audicionado para interpretar al presidente, un rol que décadas más tarde tendría que protagonizar en la vida real.

El hombre del año

El liderazgo de Hitler llamaba la atención alrededor del mundo incluso antes de la Segundo Guerra Mundial.

Time

En los albores de la Segunda Guerra Mundial la revista Time consideró acertado nombrar a Adolf Hitler Personalidad del Año 1938. Si bien la nota no era muy condescendiente con el Führer -hasta se considera que el periodista previó lo que sucedería- es inevitable no asociar el reconocimiento con una imagen positiva del hombre que causó una de los genocidios más grandes de la historia moderna. Time evitó poner su cara en la portada. En su lugar, colocó una ilustración donde se lo ve a Hitler de espaldas tocando un piano con cuerpos que cuelgan de una rueda.

Una terrible solución

La cocaína causa actualmente cientos de miles de muertes más que la morfina.

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En 1879 las autoridades estadounidenses habían tomado conciencia de los perjuicios que traía el consumo de morfina, principalmente la adicción que causaba a los pacientes que se les suministraba. Su efectividad para calmar dolores intensos era tan alta que los enfermos no dudaban en pedir que se le diese ante el primer síntoma. La morfina resultó altamente adictiva, por lo que se decidió importar otra sustancia para calmar las ansiedades. El remedio resultó peor que la enfermedad; se importó cocaína, una sustancia que décadas más tarde se llevaría la vida de cientos de miles de personas a las que también volvería adictas en circunstancias recreativas.

El primer preso

Coffe sucumbió a la ambición y terminó convirtiéndose en el primer preso de su cárcel.

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John Coffee se había propuesto darle a la ciudad de Dundalk, Irlanda, una moderna cárcel, amplia y construida con los materiales más resistentes. Para ello no dudo en invertir una buena suma de dinero. Coffee no tuvo en cuenta una máxima de cualquier proyecto: por más que se tenga un presupuesto, es muy probable que los gastos finales no concuerden con los estipulados. A medida que el edificio avanzaba el emprendedor se iba haciendo cada vez más pobre. El proyecto se concluyó, pero dejó en bancarrota a Coffee, quien se convirtió en el primero preso de su propia cárcel por no poder afrontar sus deudas.

Los problemas de la globalización

La silla eléctrica demostró en 1890 que sólo servía en países altamente desarrollados.

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El emperador Menelik II de Abisinia, hoy Etiopía, se enteró que en Estados Unidos se había realizado la primera ejecución por medio de la silla eléctrica. Le simpatizó tanto el nuevo dispositivo que quiso implementarlo en su país. Para ello encargó tres sillas eléctricas estadounidenses. Recibido el envío, se encontró con un gran problema: las sillas necesitaban electricidad para funcionar, un invento que no había llegado a Abisinia en 1890. No dispuesto a desecharlas, buscó nuevas funciones para su encargo del extranjero. Contento con el diseño, pidió que una de las sillas fuese adaptada para convertirse en su trono imperial.

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