Deficiencia de nutrientes en las plantas de tomates

Aprende a diagnosticar problemas en tu planta de tomate.

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Los síntomas visuales de las deficiencias de nutrientes en las plantas de tomate a menudo apuntan a un número de posibles causas. Las hojas amarillentas, por ejemplo, puede indicar una deficiencia de hierro, la etapa media de una deficiencia de nitrógeno o la etapa temprana de una deficiencia de potasio. Cuando comprendas cómo progresan estas deficiencias de nutrientes, entonces podrás acercarte a un diagnóstico.

Nutrientes de la planta

Todas las plantas, incluidos los tomates, necesitan micro nutrientes y macro nutrientes. Los macro nutrientes son el carbono, el hidrógeno, el oxígeno, el nitrógeno, el fósforo y el potasio. Las plantas obtienen el carbono, el hidrógeno y el oxígeno del aire y el agua. Los otros macro nutrientes derivan de la tierra o los fertilizantes. Los micro nutrientes incluyen al hierro, manganeso, boro, zinc y cobre. Las plantas también necesitan calcio, magnesio y azufre en cantidades intermedias. Cuando las plantas no pueden obtener uno o más nutrientes, adquieren una deficiencia de ellos.

Fósforo

Cuando los tomates presentan una deficiencia de fósforo, no crecen rápido y pueden atrofiarse. Finalmente, las hojas se tornarán verde azuladas y se marchitarán. En lugares donde hay abundante fósforo en la tierra, puedes quitar las plantas bastante rápido. La tierra fría, donde hay mucho fósforo, es una de las causas. Trata de esperar que la tierra caliente un poco más. Puedes acelerar el proceso cubriendo las plantas de tomate con plástico negro. Si falta fósforo en la tierra, usa un fertilizante orgánico que sea alto en fósforo.

Nitrógeno

Las hojas del tomate se tornan verde pálido cuando comienza a faltar el nitrógeno. Luego, las hojas se van tornando amarillas. A medida que ésto sucede, las venas de las hojas se mantienen verdes por un tiempo antes de ponerse amarillas. La parte de abajo de las hojas en algunas plantas pueden volverse roja o púrpura. Si no corriges ésto, las hojas más antiguas mostrarán rápidamente signos de estrés si la planta no recibe suficiente agua. Las plantas de tomate se recuperan cuando aplicas un poco de nitrógeno en la nutrición de las hojas. Luego, agrega nitrógeno a la tierra.

Potasio

Las hojas se tornan amarillas (clorosis) y luego marrones, o con un aspecto chamuscado. Los bordes se encorvan y pierden color. No puedes revertir la clorosis agregando potasio. Cuando la deficiencia es alta, puedes verlo en las hojas nuevas. La tierra que contiene mucha arcilla tiende a atraer el potasio y alejarlo de la planta, en especial cuando está seca. Asegúrate de que la tierra esté floja, tenga los nutrientes balanceados y una buena mezcla de abono.

Calcio

Esta deficiencia afecta a la fruta de la planta de tomate y hace que se pudra. Una zona de la base del tomate se pudre mientras la fruta aún es joven. Las hojas se tornan marrones y curvas desde el peciolo hasta las partes más bajas. En casos extremos, las hojas nuevas mueren antes de brotar, lo que da como resultado un tocón en la planta. Alimenta las hojas con calcio y concéntrate en las hojas nuevas para corregir la deficiencia en la tierra.

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