Step 1

Lava las fresas con agua fría hasta que estén totalmente limpias y ponlas en el colador para que se escurra el agua durante 30 minutos. Seca las fresas con palmaditas utilizando una toalla de cocina o toalla de papel y colócalas en una pila de unas cuantas toallas de papel durante 30 minutos hasta que estén completamente secas.

Step 2

Derrite el chocolate en una olla para baño María a fuego lento, en vez de una olla normal. Al utilizar unas ollas para baño María, te aseguras de que el chocolate esté con la temperatura apropiada para cubrir las fresas, de esa manera ayudas a reducir el agua restante en las fresas para que no alteren el producto final.

Step 3

Añade una pequeña cantidad de cera de parafina apta para utilizar como alimento al chocolate una vez que haya alcanzado la temperatura deseada. Combina completamente la cera con el chocolate antes de sumergir las fresas con una cuchara de madera.

Step 4

Pon las fresas delicadamente en un papel encerado completamente seco que no ha sido colocado en el refrigerador. Las superficies a temperatura ambiente son las más apropiadas para que las fresas cubiertas en chocolate no se diluyan.

Step 5

Permite que las fresas cubiertas con chocolate se enfríen a temperatura ambiente en un lugar seco y frío. Evita poner las fresas cubiertas con chocolate en el refrigerador si tu habitación está a menos de 80 °F (27 °C).

Step 6

Sirve las fresas a más tardar 24 horas después de su preparación. Mientras más tiempo dejes reposar las fresas, retendrán más agua; y si te ves forzado a meterlas al refrigerador, tendrán la tendencia de acumular condensación.