Step 1

Elige las nueces maduras. Las cáscaras les cambiarán de un color verde a un amarillo-verdoso y si les aprietas la piel con tu dedo, se verá una marca en ellas.

Step 2

Remueve las cáscaras. Usa guantes de plástico para proteger tus manos de la tintura que liberan. Usa un martillo para golpear los costados de las nueces. También puedes usar un desgranador para remover las cáscaras.

Step 3

Tira las cáscaras. Son tóxicas, así que no las pongas en el abono.

Step 4

Lava las nueces. Las cáscaras generalmente dejan manchas, así que se las deberás quitar.

Step 5

Inspecciona las nueces para ver si han sido dañadas por bichos. Colócalas en un balde con agua y descarta cualquier nuez que flote.

Step 6

Cúralas haciendo una pila de dos a tres capas en una bandeja sin profundidad. Ponlas en un ambiente fresco y seco, lejos del sol por dos semanas.

Step 7

Comprueba si están secas, rompiéndolas. La pulpa se romperá secamente y hará un ruido agudo. Si no las curas apropiadamente se les formará moho.

Step 8

Guarda a las nueces negras en un área bien ventilada y colócalas en una bolsa de tela o en una canasta de alambre para permitir la circulación del aire. Mantén la temperatura a unos 60° Fahrenheit (15,5° Celsius) o más baja y la humedad a un 70%, para evitar que se dañen.

Step 9

Quítales la cáscara poniéndolas en agua caliente por 24 horas. Reemplaza el agua y déjalas por otras dos horas; cúbrelas con trapos húmedos hasta que estés lista para abrirlas.

Step 10

Guarda las nueces en un recipiente hermético.