Step 1

Enjuaga las aceitunas y, con un cuchillo, haz un corte a lo largo a cada lado. Cortar las aceitunas acelera el proceso de curado. Coloca las aceitunas en un balde o bol y remójalas en agua, asegurándote de que todas estén sumergidas. Si es necesario, puedes colocar un plato u otro objeto sobre ellas para hacer peso.

Step 2

Revuelve las aceitunas y cambia el agua todos los días durante 21 días.

Step 3

Haz una solución de salmuera, usando una parte de sal y 10 partes de agua. Asegúrate de que la sal esté completamente disuelta en el agua calentando esta última y revolviendo. Cuela las aceitunas y colócalas en la salmuera. Déjalas reposar por tres días revolviéndolas periódicamente.

Step 4

Enjuaga un par de aceitunas y pruébalas para ver si han perdido lo suficiente de su amargor para que se adecuen a tu gusto. Si no, agrega más sal y déjalas por algunos días más hasta que tengan el gusto que deseas. Revísalas diariamente. Cuando las aceitunas estén listas, enjuágalas. Déjalas escurrir por un par de horas.

Step 5

Prepara una mezcla de vinagre y agua. Usando una parte de vinagre de vino blanco y dos partes de agua y remoja las aceitunas en la mezcla durante tres días, revolviendo ocasionalmente. Las aceitunas ya están curadas, así que cuélalas nuevamente.

Step 6

Coloca las hierbas, especias u otros condimentos en los frascos esterilizados. Estos pueden incluir dientes de ajo, orégano, romero, tomillo o láminas de pimiento secas. La cantidad de condimentos incluidos depende de ti y su uso es completamente opcional.

Step 7

Envasa las aceitunas negras en los frascos preparados y vierte aceite de oliva sobre ellas hasta que estén bien cubiertas. Cierra los frascos y guárdalos en el refrigerador.