Step 1

Agrégale sal a la sopa, pero en pequeñas cantidades, ya que no quieres que la sopa se vuelva muy salada. Agrega una pizca de sal por vez y luego deja que la sopa hierva a fuego lento por un par de minutos antes de volver a probarla. Agrégale otra pizca de sal de ser necesario.

Step 2

Si la sal no funciona agrégale azúcar o miel a la sopa. El azúcar y la sal combinadas en las proporciones correctas crean sabores deliciosos en cualquier plato. Agrega el azúcar o la miel en pequeñas cantidades, tal y como hiciste con la sal. Dale más tiempo al azúcar para que hierva, ya que sus sabores se desprenden con más lentitud.

Step 3

Agrega pequeñas cantidades de un aceite o medio graso como el aceite de oliva o la manteca a la sopa. Esto ayudará a disimular los sabores amargos porque recubren la lengua y porque le otorgan un sabor más rico a la sopa. Si el agregado previo de sal o azúcar funcionó, no es necesario que agregues el aceite o la manteca.

Step 4

Agrega vegetales aromáticos picados como cebolla a ajo para contrarrestar la acidez y dar un sabor más intenso a la sopa. Dales tiempo para que se cocinen bien, ya que mientras más tiempo se cocinan, más cantidad de sabor liberan. Sólo debes agregar estos vegetales si el sabor amargo persiste luego de realizar los pasos previamente explicados.