Step 1

Agrega más líquidos para reducir lo picante, en caso de ser posible y apropiado en tu plato. Si has hecho una sopa que quedó demasiado condimentada, por ejemplo, agrega más caldo o agua para reducir ese sabor. También quedará menos espesa.

Step 2

De ser posible, agrega ingredientes que no se encuentran en la receta. Hazlo sin importar si puedes agregar más líquido o no. En la sopa, por ejemplo puedes agregar más ingredientes sólidos. Esto puede incluir papas, carne o fideos. Te permitirá reducir lo picante de un plato en el cual no puedes agregar líquidos o te ayudará a recrear la textura del plato original, en caso de haberlos añadido. Si bien estos elementos no reducirán el sabor de las especias, al agregar más ingredientes que no las contienen, se reducirá su porcentaje en los demás.

Step 3

Mezcla un producto lácteo en el plato picante si crees que combinará bien. Si has hecho un revuelto picante con papas, queso y jalapeños, por ejemplo, puedes mezclar un poco de crema agria. Si has hecho una sopa de papas con puerros y accidentalmente has espolvoreado muchos copos de chile, agrega algo de crema adicional. Los productos lácteos ayudarán a reducir el picante.

Step 4

Agrega azúcar granulada al plato si ninguna de las estrategias anteriores funcionó. Este método funciona particularmente bien con los platos asiáticos ya que esta cocina a menudo combina lo dulce con lo picante, por lo cual el plato no quedará fuera de lugar. Comienza con una pequeña cantidad de azúcar, como 1/2 cucharadita, por cada porción de comida y agrega más en caso de ser necesario.