Cómo transformar vaqueros holgados en ajustados

Los vaqueros holgados, muy populares en la década del 90, ya no están en boga. Los vaqueros ajustados son, a partir del 2010, lo que más se mostró en las revistas de moda. Las celebridades los usan y son las prendas más elegidas por todos. No es necesario que arrojes a la basura tus vaqueros holgados y gastes mucho dinero en unos nuevos vaqueros ajustados. Puedes convertirlos en ajustados tú misma en menos de una hora.

Da vuelta tus vaqueros holgados, póntelos y cierra la cremallera. Siéntate de modo que tus piernas queden extendidas y las piernas del vaquero estén completamente derechas.

Toma la tela que sobra de la parte interna de tu pierna del pantalón, comenzando por la parte inferior y tomándolo con tus dedos. Prueba cómo te queda ese ancho. Deberás sentir la tela ajustada contra tu piel pero no demasiado.

Dibuja una línea desde la parte inferior de la pierna de tu vaquero, marcando dónde comienza la tela que sobra y continuando hasta la entrepiena de tus pantalones. Repite esto con la otra pierna. Asegúrate de que la línea que has dibujado no esté muy cerca de tus piernas, porque esto podría hacer que tus vaqueros quedaran muy ajustados. Si, por el contrario, dibujas la línea muy alejada de tus piernas, los vaqueros podrían quedar un poco holgados. Una vez hecho esto, quítatelos y colócalos sobre una superficie plana. Las líneas que hayas dibujado deberán parecer una V al revés, señalando el exceso de tela vaquera.

Enhebra la aguja con un hilo fuerte. Comenzando por la parte inferior de la pierna de tu vaquero, haz puntadas pequeñas y ajustadas hasta la entrepierna, siguiendo la línea que has dibujado. No empieces a coser la otra hasta que hayas introducido tu pierna en la primera para probar cómo te queda. Probablemente tengas que volver y hacer algunos ajustes. Cuando logres el ancho que quieres, repite este procedimiento con la otra pierna del pantalón.

Una vez que hayas terminado de coser la última pierna, ponte los pantalones. Mírate al espejo y evalúa cómo te quedan. Siéntate y evalúa cómo los sientes. Si todo luce y se siente bien, corta el exceso de tela con una tijera afilada.

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