Efectos biofísicos de la urbanización en los ecosistemas acuáticos

La urbanización afecta la calidad del agua y provoca cambios biofísicos en los ecosistemas acuáticos.

Thomas Northcut/Photodisc/Getty Images

La urbanización tiene un impacto significativo sobre el medio ambiente y los recursos naturales, y afecta no sólo a las inmediaciones del asentamiento urbano, sino a una extensión periférica más grande de tierra y agua. Un estudio de 2008 publicado en Fronteras en Ecología y Medio Ambiente (Frontiers in Ecology and the Environment) describe el uso del suelo, y la urbanización en concreto, como el segundo al cambio climático en su papel en la alteración de la estructura, la función y la salud de los ecosistemas acuáticos. La urbanización crea contaminación del agua y degrada la calidad de la misma, afectando las estructuras biofísicas de los ecosistemas acuáticos de varias maneras.

Impactos físicos

La urbanización puede alterar las dimensiones físicas de una masa de agua y por lo tanto alterar el ecosistema acuático. La planificación de los recursos hídricos y la gestión de las zonas urbanas pueden incluir prácticas tales como la construcción de presas, cambios en la ruta de ríos, construcción de barreras marinas y drenaje de humedales. Tiffany Garrett del Programa de Biología Ambiental en la Universidad Estatal Governors explica que todas estas prácticas afectan directamente al equilibrio de la vida en los ecosistemas acuáticos y pueden perturbar las relaciones complejas e interdependientes entre animales, plantas y organismos. Los cambios en la estructura física de los ecosistemas acuáticos pueden alterar la calidad del agua, como por ejemplo mediante el cierre de los canales hacia fuentes de agua dulce, y cambiando la composición de las superficies de tierra subacuáticas. Estos cambios afectan directamente a la biodiversidad y a la viabilidad de las especies.

Impactos biológicos

En el libro de texto Fundamentos de la Gestión de Escorrentía Urbana (Fundamentals of Urban Runoff Management), Richard Horner describe los efectos biológicos de la urbanización que incluyen cambios en la composición de los sedimentos y la disminución significativa de la población de organismos sensibles. Las alteraciones biológicas afectan a la salud de especies de peces y plantas e impactan, a su vez, en los patrones de alimentación de las especies que residen en el hábitat acuático. Además, los cambios en los sedimentos, o en la cubierta del suelo, o en la distribución de la vida vegetal acuática afectan al comportamiento reproductivo y a la supervivencia de los huevos, y por lo tanto potencialmente alteran el equilibrio de las especies.

Contaminación

Aunque la mayor parte de la contaminación del agua es causada por la introducción de compuestos químicos en el medio acuático, la contaminación resulta en cambios biofísicos en el ecosistema. La urbanización introduce contaminantes en los sistemas de agua por una variedad de medios, incluyendo el dumping, la escorrentía, el derrame industrial y la lluvia ácida. La contaminación altera el nivel de pH, degrada la calidad del agua y causa daños que afectan a toda la cadena alimentaria. Por ejemplo, los peces que se alimentan de plantas suelen ser más sensibles a ciertas sustancias químicas, como el mercurio, que se encuentra comúnmente en los ecosistemas acuáticos urbanos. Cuando los peces se alimentan de plantas, consumen pequeñas cantidades de mercurio, que afectan su salud y su tamaño poblacional. Si la población disminuye, esa pérdida afecta a las prácticas de alimentación y a la viabilidad de sus depredadores, quienes buscan nuevas presas para la alimentación.

Presión demográfica

La urbanización también afecta a la composición biofísica de los ecosistemas acuáticos por el uso excesivo de los recursos hídricos para uso doméstico e industrial. Los ecosistemas de agua dulce se ven particularmente afectados por las demandas de agua potable de la población y los usos agrícolas. Si el tamaño de la población supera los límites de los recursos hídricos disponibles, las demandas urbanas pueden agotar los suministros de agua, destruyendo los ecosistemas acuáticos. El aumento de la presión demográfica no sólo afecta a los ecosistemas acuáticos inmediatos, sino también a entornos lejanos, ya que los asentamientos urbanos buscan recursos para satisfacer sus crecientes demandas.

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