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Cómo hacer cáscaras de patata crocantes al horno

Escrito por: Kathryn Hatter

Actualizado en: November 20, 2021

Remoja las cáscaras de patata en crema agria.

Brand X Pictures/Brand X Pictures/Getty Images

Las cáscaras de patata al horno, con sus interiores tiernos y sus exteriores crujientes, ofrecen un manjar que es atractivo para casi cualquier paladar. Aunque sabrosas, las cáscaras blandas de patata no tienen el mismo crujido delicioso. Asegúrate de que las pieles de patata que prepares tengan un exterior crujiente horneándolas de manera adecuada. Una vez que conozcas el método de cocción correcto, tus cáscaras de patata que prepares siempre estarán crujientes y deliciosas.

Step 1

Lava las patatas con el cepillo para vegetales para eliminar toda la suciedad.

Step 2

Frota la parte externa de las patatas con abundante aceite vegetal.

Step 3

Coloca las patatas en la bandeja para hornear y cocina a 400 °F (200 °C) durante aproximadamente una hora. Observa las patatas después de unos 50 minutos. Cuando las patatas se sientan suaves al tacto, retíralas del horno.

Step 4

Deja que las patatas se enfríen durante aproximadamente 45 minutos.

Step 5

Corta las patatas por la mitad longitudinalmente. Saca la pulpa del interior de las patatas con una cuchara grande y colócala en un recipiente. Utiliza la pulpa de la patata para otro propósito. Deja aproximadamente ⅜ de pulgada (9 mm) de pulpa en las cáscaras.

Step 6

Frota aceite vegetal sobre las cáscaras de patata, cubriéndolas completamente. Coloca las patatas con la piel hacia arriba en la bandeja para hornear.

Step 7

Hornea las cáscaras de patata a 450 °F (230 °C) por 10 minutos. Voltea las cáscaras de patata para que los lados de la pulpa queden hacia arriba, cúbrelos generosamente con sal y hornea durante 10 minutos más.

Step 8

Quita las cáscaras de patata del horno. Añade los ingredientes del relleno que hayas preparado, esparciéndolos uniformemente sobre la parte superior de las patatas.

Step 9

Vuelve a poner las cáscaras de patata en el horno. Asa a 500 °F (260 °C) durante unos dos o tres minutos, hasta que el queso esté tostado y burbujeante.