La adición de más frijoles a tu dieta significa la adición de fibra, proteína y otros nutrientes muy necesarios. Hacer tus propios frijoles refritos puede llevar mucho tiempo y resultar mucho más caro que comprar la variedades listas para consumir en conservas. Sin embargo, los frijoles refritos pueden ser suaves y secos, y necesitar un poco de condimento. Sigue leyendo para conocer consejos para el aceleramiento del sabor de los frijoles refritos.
Instrucciones
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Calienta una sartén a fuego medio-alto y coloca las semillas de comino en una sartén caliente. Seca las semillas tostadas, revolviendo continuamente, hasta que suelten su aroma y algunos hacen sonidos que hacen estallar. Retira las semillas tostadas en un plato pequeño y ponlas a un lado.
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Añade el aceite de oliva a la sartén. Baja el fuego a medio y echar el ajo picado y la cebolla picada. Saltea hasta que quede brillante y translúcido.
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Añade la lata de frijoles refritos, con una cuchara de madera para disolver los granos y mezclar con el ajo y la cebolla salteada. Añade las semillas de comino y sigue removiendo.
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Revuelve en la salsa, añadiendo suficiente para ablandar la consistencia de los granos. Sal y pimienta al gusto. Quita los granos del fuego para que no se sequen. Si los granos parecen demasiados rígidos, añade más salsa o quitalos hacia fuera con caldo o agua.
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Sirve estos frijoles refritos vestidos con un plato de arroz con pollo. O sirve como aperitivo con totopos o tortillas calientes, desparramando los frijoles en un plato y rellenalos con pimientos verdes picados, queso rallado, pimienta, tomates picados y jalapeños, aceitunas y crema agria.